Por acá, quizá, otras cosas c:

jueves, 23 de octubre de 2014

Un sueño puede tardar mas que una vida en llegar, pensó al instante un alma en pena que llego a la estancia donde se encontraban , de vacaciones, una pareja enamorada. Había visto como aquella pareja estuvieron tardes enteras conversando sobre los sueños que tenían juntos y sobre la relacion que hacían con el tiempo.
  Un dejo depresivo sorprendió al alma que no tenia sexo, edad ni tiempo. Solo sabia que en algún momento de la corta vida del hombre, piso esta tierra que más sabe de muerte que de amor. La sensación inherente fue la decepción. No comprendía tanta felicidad en un par de jóvenes que no tenían nada, solo su amor y las ganas de ser felices donde la aventura los llevara. Por qué ellos tendrían aquel beneficio que no posee la gran mayoría de los seres sobre la tierra? Qué los hará especiales ante los ojos de un Dios ausente? 
De pronto, el llanto brotó de sus pensamientos y sus malestares. La falta de luz en su eterna vida olvidada por las deidades solo le a dado espacio a inefables sentimientos de agresión. Fue tal la falta de cordura en su dolor, que dentro de la casa comenzó a llover un dolor purpura que obscureció por completo el radiante sol que entraba por las ventanas. Pero a pesar de la tétrica escena, la pareja no se inmutó. Solo se abrazaron con tal amor que desapareció el desconsuelo purpura del llanto y ,en medio, la pareja decidió no moverse, estáticos, como si estuviesen protegidos por un ente superior a la agresividad de la pobre alma en pena.
Acongojada por la ira, el alma decidió mostrarse y amargar la bella existencia de estos dos humanos que sé alimentaban el uno del otro. Ipso facto , los cuatro ojos se posaron en la oscura y densa energía que tenían en frente. El cese del llanto les ayudó a ver mejor. Nunca habían visto ... No, nunca habían sentido tal pesar en un ser. Gritos son tu lengua, dijo la joven con una dulzura que hubiese ablandado cualquier corazón.

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