Por acá, quizá, otras cosas c:

jueves, 27 de octubre de 2011

La verdad, no sé que titúlo ponerle. Puedo decirte que está escrito con dedos manchados por el temor y la tristeza. Y que en verdad no seré feliz de verla pr otro camino distinto al mío. Pero me acostumbraré.

Puedo mirar por todos lados esfera de sentimientos que he creado. Pero no le encuentro una punta, una salida y comprendo entonces que el caos no la tiene. Debo tener esta esfera el tiempo que sea necesaria, hasta que sola vaya cayendo en forma de oscuras lágrimas derramadas por el alma. No ha de ser bonito ; ha de ser estrepitoso. Todo lo que hago, es querer. Todo lo que hago es mirar donde no debo. Es beber del agua incorrecta y, al hacerlo, he de tener mas sed que antes. Pues te vi por la necesidad de amar y ahora no quiero seguir mirándote, la necesidad es mas grande ahora.  Salí en busca de mejores vientos pero me encontré con tormentas incesables que me gritan desconsoladamente lo mal que lo estoy haciendo. Que me recuerdan a cada instante el rostro de mi derrota, el rostro de la pena.

Es tan insignificante  la vida del hombre. Es tan minúscula en comparación al resto de las cosas creadas. ¿Que es el hombre al lado de la tierra?, ¿ Qué es al lado de una galaxia, de un sol, de una estrella? ( ... ) y me han de acurrucar sentimientos de todas formas. Pues el valor de las cosas las agrego yo. Pues tomará tiempo. La verdad es que me irrita lo que hago, verte y no correr contigo me cansa aún más. Quiero saltar al lado de alguien que lo haga conmigo. Volar con las alas de otra persona y que esa persona use las mías y saber que jamás tambalearemos pues las alas tendrán por nombre amor. Quiero gritar a lo mil vientos que ya no tengo lágrimas de esa esfera, que por fin se consumió donde debió hacerlo siempre. Podría tomar tus palabras y quizá alejarme, pero es que siempre me sucede lo mismo. Por consiguiente, comencé a mirar. A observarte. Por última vez. Miré atrás y estabas tú. Luego miré adelante y ya no estabas. Comprendí, entonces, que no debes caminar conmigo. Por eso, hoy, mañana y pasado, caminaré solo y feliz de mirar al frente y ver que tu camino, ya no tiene piedras.

lunes, 24 de octubre de 2011

Los polos opuestos no se atraen.

Han de haber dos polos en la vida de toda persona. Cada polo ha de saber que hacer, que comer, como vivir. Polo a polo, se irá construyendo tu vida ; mi vida.

 Según la ciencia, los polos opuestos se atraen y , sin entenderlo, te puedes dar cuenta que esta es usada en forma de analogía en conjunción a las relaciones humanas. Quizá no lo hallas entendido, pero lo que trato de decir, es que los polos opuestos no se atraen. No cuando los polos están formados por una funda de carne y huesos que atrapan entrañas y son madrigueras de sentimientos hacia el prójimo. Entonces allí, los polos opuestos jamás se atraerán. Lo que sucederá es como el polo sur se dejará seducir por el norte, creando una absurda sensación de atracción. Pues esta no vive más que en la imaginación del polo sur. Y hemos de creerlo constantemente, pues jamás el polo norte nos verá como lo que podremos ser, su otra mitad para completar la unidad. Siempre seremos lo que podamos o lo que el polo norte quiera. Siempre hemos de vivir bajo la sedación y el constante abrumo de sentirse ajeno a lo que sientes. Hoy me dijiste : " Somos tan diferentes" . Si lo somos y, aún así, absurdamente, me he convertido en un polo sur, mi querida polo norte. Veamos más sinceramente y, démonos cuenta ( en verdad solo yo debo darme cuenta) de que jamás seré parte de ti ni viceversa. De que no saldré del estado elíptico en el que estoy. Jamas me uniré a ti, pues como los polos opuestos no se atraen, me quedaré orbitando a tu alrededor el tiempo que dure vuestra gravedad. He sido una piedra más, helada por cierto.

 Ya no hay paz en la penumbra que me asola ; solo veo necesidad, ganas de gritarte, abrazarte y besarte incansablemente. Con furia decir por qué no puedo, por qué no puedo, por qué mierda no soy capaz. Por qué estoy destinado a orbitar, porque nunca podré pertenecerte ni pertenecer a jamás nunca nadie. Por hoy, paso, pues ya tomé una decisión. No jugaré el juego que la vida me ha propuesto, prefiero tirar la toalla a intentar , si quiera pensar en intentar ser parte de tu vida. De una vida que solo me conformaré con ver de lejos. Por hoy y, tal vez mañana, podré olvidarme de ti y lo que siento por vos.

Hoy, camino a casa, ¡Por fin!, tomé la decisión. He de caminar solo.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Disculpa, llevas mi corazon en la suela de tus zapatos.

Cuando llegue supuse que no había nada, solo un suelo árido que había desechado completamente  y que no intentaría sembrar y, cuando te vi, no deje de abrazarte con los ojos. Y es que mis horas te pertenecieron, los constantes bailes alrededor de mis pensamientos lograron germinar esa tierra que por tanto tiempo se mantuvo inerte. Sin quererlo fuiste la semilla, que con tus ojos, tus labios, tu cara, tu sonrisa, bañaron de cálidas aguas al pequeño brote y, mas temprano que tarde,  un gran árbol fuerte pero a la vez muy delicado creció superando los diáfanos cielos. ¿Cuanto tardó en caer?, en ser cortado porque lo que pedías no se daba en mi árbol, ¿cuánto tardaron las débiles ramas en caer, los frutos en cercarse y la tierra en asolarse nuevamente?... He de callar tanto tiempo la miseria de mis tierras?, sí.. he de hacerlo. He de ver volar gansos en todas direcciones y jamás saber la llegada del invierno, de atesorar fantasmas que atraviesan paredes cuando se les place, de querer a la tormenta como si fuera calma. Date cuenta, ve mas allá de los incesantes " te quieros" que ambos fraseamos , al unisono muchas veces. Has de ser eterna en un tiempo que, maravillosamente, no lo es, y has de estar perpetua en incontables papeles que, lo quieras o no, intentaré quemar en las calderas de mi interior. Por esta velada, te amaré y, lo haré mañana y , tal vez, también pasado. Serás lo que quiero que seas, aunque yo siga siendo solo un par de oídos, una palabra de aliento, un par de brazos que fuertemente te dan calor  o lo que quieras que seas a excepción de lo podría llegar a ser, por ahora, mira hacia abajo. Ahí me tienes.